La costra láctea es una forma común de dermatitis seborreica que afecta el cuero cabelludo de los bebés pequeños, de ahí es que viene su nombre.
Si bien se trata de algo antiestético, no molesta al bebé en absoluto, y es una de las condiciones normales que resultan peor para los padres que para los recién nacidos.
La costra láctea del bebé
La costra láctea aparece primero en el cuero cabelludo, pero puede extenderse detrás de las orejas e incluso surgir en otras partes del cuerpo, tales como detrás de las rodillas, en la ingle o en las axilas.
Tiende a comenzar durante los primeros tres meses de vida y puede durar semanas o meses. Un niño podría seguir teniendo una costra láctea hasta que tenga alrededor de dos años, pero solo en casos raros continua por más tiempo.
Realmente no se sabe qué causa la costra láctea, se cree que está relacionada con un exceso de producción de sebo en la piel, y esto puede deberse a una actividad hormonal anormal en el bebé después del nacimiento.
Los bebés que poseen antecedentes familiares de enfermedades alérgicas como asma y eczema parecen ser más susceptibles a desarrollar la costra láctea y, más tarde, otras formas de dermatitis seborreica, como es el caso de la caspa.
Síntomas de la costra láctea
Los síntomas de la costra láctea son la formación de parches escamosos amarillentos y grasosos que se asemejan a unas costras y cubren el cuero cabelludo como una gorra. La piel alrededor la costra láctea a menudo se ve un poco enrojecida.
Tratamientos para la costra láctea
No existe un tratamiento médico para la costra láctea, con el tiempo desaparece por sí sola. Cabe destacar que no hay que tratar de quitarla porque se puede dañar la piel del bebé y causar infecciones.
Lo que se puede hacer es frotar un poco de aceite de oliva orgánico a la hora de dormir, esto ayuda a suavizar y aflojar la costra.
Por la mañana, simplemente hay que cepillar suavemente el cuero cabelludo y lavar el cabello con un champú para bebés.
Si el cuero cabelludo del bebé muestra signos de infección, si las escamas se ven abultadas o la piel circundante se ve roja e inflamada, hay que consultar con el pediatra porque podría tratarse de una infección. A veces esto se soluciona con un champú especial para combatir hongos, o una crema con esteroides muy suave.